Las Veladuras por Nacho Quiroga

La técnica de la veladura consiste en aplicar la mínima cantidad de pintura o medio posible, capa tras capa.
El objetivo es conseguir que las capas superiores trasluzcan las capas inferiores y lograr efectos cromáticos, que no se pueden resolver mediante pintura opaca. Cuando se aplica se consigue un efecto de vidriado.

La veladura se utilizó en el pasado, sobre todo por los buscadores del realismo, con el objeto de difuminar y transparentar los tonos de la materia. Por ejemplo: Los matices del rostro de la piel humana, la delicadeza del pétalo de una flor o el transparente movimiento de las olas.
Evidentemente cada maestro desarrollaba una técnica a su gusto, algunos maestros, como Rubens o Velázquez, no barnizaban sus cuadros o lo hacían muy tarde porque sus mediums eran tan fuertes que los cuadros quedaban brillantes igualmente. Esto solo se puede conseguir cuando la veladura es llevada al máximo extremo.

El caso de Velázquez en su etapa de madurez, las Meninas por ejemplo, según su restauradora, Carmen Garrido, VELÁZQUEZ ES TODO AGLUTINANTE, casi no tiene pigmento. Esto hace que las capas de pintura al ser tan delgadas no les salgan en las radiografías.

Como, evitaba “el colgar” (Chorrear) típico de los aceites, pues con algo tan simple como es moler su medium (el aceite negro), con calcita finísima, además esta contribuye a dar una transparencia enorme, pues presenta una estructura cristalizada que se incrementa con el paso del tiempo (cosa que no tienen, los productos sintéticos como las resinas alkidicas, que se tornan opacas).
Otros como Rubens o Vermer preferían añadir al aceite negro resinas o algo de cera pero el resultado es muy similar. Hoy las casas de pinturas industriales emplean esta técnica, de añadir dispersantes a sus barnices o aceites para evitar que “cuelguen”

Goya o Delacroix, son artistas que desde el punto de vista técnico, cosecharon malos resultados (grietas, ennegrecimiento, Colores sin vida etc.). Pues en su época el medium clásico (el aceite negro) era completamente desconocido.

Lo esencial en la pintura al óleo, es eso, el óleo. Cualquier adición de resina -aunque esta sea muy pequeña- hace que la película se torne frágil y quebradiza.
Para hacer vidriados antiguamente, se empleaban aceites cocidos, juntamente con esmaltes o vidrio molido fino como la harina (los vidrios antiguos contenían gran cantidad de plomo, cosa que los hacía más secantes). Velázquez por ejemplo molía calcita con su medium de Aceite negro*, en grandes cantidades.

Los flamencos añadían al aceite negro, resinas, pero sus Colores estaban amasados con vidrio o esmalte, este conjunto hacia que se obtuvieran películas transparentes como el cristal.

Hay miles de recetas para veladuras, consistentes en mezclar un aceite crudo prensado en frio o blanqueado al sol con una resina, con las cuales solamente se consiguen pésimos resultados, ya que este aceite no tiene fuerza suficiente para compensar la enorme fragilidad de las resinas, todas se vuelven quebradizas en poco tiempo. Lo esencial en la pintura al óleo es un Aceite negro, tal como se hizo durante siglos y no el sustituto que se empezó a fabricar en la revolución industrial y que hoy en día se hace igual (cociendo el aceite con litargirio) que curiosamente se convierte en el peor de los mediums pues ennegrece, amarillea y provoca profundas grietas.

En síntesis: Sin un aceite negro de características parecidas al de los antiguos maestros, hacer vidriados no es más que literatura…
La técnica correcta de Veladura más efectiva y con resultados más sólidos es la siguiente:

1 – Para lubricación, cubrir la superficie con medium de veladura (que, para ser bueno, NO PUEDE contener solventes)

2 – Mesclar el medium de Veladura con los Colores (opacos o semi-opacos, pero no transparentes o translucidos) y aplicar en una proporción máxima de 20%.

3 – Cubrir TOTALMENTE la superficie a pintar con la Veladura con aplicaciones de mucha tinta, de forma que CUBRA TOTALMENTE la superficie, yo diría que esta aplicación debe ser en cantidades exageradas.

4 – Con pinceles limpios (secos, sin humedad) ir retirando y removiendo la tinta, removiendo, removiendo, hasta obtener el resultado deseable. Después de secado, se puede volver a hacer otra y otra Veladura

La técnica es muy simple, pero los resultados son sorprendentes.

*El Aceite negro (cuyo descubrimiento se atribuye a Jan Van Eyck) Se produce cociendo el aceite de linaza con carbonato de plomo a un 10 por ciento y dientes de ajo como catalizador. Se obtiene un aceite espeso que se filtra cuando se decanta el carbonato de plomo, que aparece como gris plomizo.
Este aceite negro se puede decolorar y convertir en rubio, batiéndolo con agua oxigenada.

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